Cítricos

La mayoría de las personas recurren a la vitamina C después de haberse resfriado. Eso es porque ayuda a fortalecer tu sistema inmunológico. Se cree que la vitamina C aumenta la producción de glóbulos blancos. Estas son claves para combatir las infecciones.

Las frutas cítricas populares incluyen:

  • toronja
  • naranjas
  • mandarinas
  • limones
  • limas

Debido a que tu cuerpo no lo produce ni lo almacena, necesitas diariamente vitamina C para mantener tu salud. Casi todas las frutas cítricas son ricas en vitamina C. Con tanta variedad para elegir, es fácil agregar un poco de esta vitamina a cualquier comida.

Pimiento Rojo

Si crees que las frutas cítricas tienen la mayor cantidad de vitamina C de cualquier fruta o verdura, piénsalo de nuevo. Gramo por gramo, los pimientos rojos contienen el doble de vitamina C que los cítricos. También son una rica fuente de betacaroteno. Además de estimular tu sistema inmunológico, la vitamina C puede ayudar a mantener una piel sana. El betacaroteno ayuda a mantener sanos los ojos y la piel.

Brócoli

El brócoli está lleno de vitaminas y minerales. Repleto de vitaminas A, C y E, así como muchos otros antioxidantes y fibra, el brócoli es una de las verduras más saludables que puedes poner en tu mesa. La clave para mantener su poder intacto es cocinarlo lo menos posible, o mejor aún, crudo.

Ajo

El ajo se encuentra en casi todas las cocinas del mundo. Agrega un gran sabor a la comida y es imprescindible para su salud. Las primeras civilizaciones reconocieron su valor en la lucha contra las infecciones. El ajo también puede ayudar a disminuir la presión arterial y retrasar el endurecimiento de las arterias. Las propiedades de estimulación inmunológica del ajo parecen provenir de una gran concentración de compuestos que contienen azufre, como la alicina.

Jengibre

El jengibre es otro ingrediente al que muchos recurren cuando enferman. Puede contribuir a disminuir la inflamación, lo que nos ayuda a reducir el dolor de garganta y otras enfermedades inflamatorias así como también, está recomendado para reforzar tu sistema de defensas.

Espinacas

La espinaca está en nuestra lista no solo porque es rica en vitamina C,  si no también por que está repleta de numerosos antioxidantes y betacaroteno, lo que puede aumentar la capacidad de lucha contra las infecciones de nuestro sistema inmunológico. Similar al brócoli, la espinaca es más saludable cuando se cocina lo menos posible para que retenga sus nutrientes. Sin embargo, la cocción ligera mejora su vitamina A y permite que el ácido oxálico libere otros nutrientes.

Yogur

Cuando busques un yogur busca los que digan "cultivos vivos y activos" impresos en la etiqueta, como el yogur griego. Estos cultivos pueden estimular su sistema inmunológico para ayudar a combatir enfermedades. Trata de obtener yogures naturales y sin azúcar. Puedes endulzar tu mismo el yogur con frutas saludables y un poco de miel.

Almendras

Cuando se trata de prevenir y combatir los resfriados, la vitamina E pudiera a dejar atrás a la vitamina C.  La vitamina E es clave para un sistema inmunológico saludable. Es una vitamina liposoluble, lo que significa que requiere la presencia de grasa para ser absorbida adecuadamente. Las nueces, como las almendras, están llenas de ésta vitamina y también tienen grasas saludables. Debes usar las con moderación ya que no están exentas de calorías.

Cúrcuma

Es posible que conozcas la cúrcuma como ingrediente clave en la cocina Indú. Pero esta especia amarillenta también se ha utilizado durante años como un antiinflamatorio en el tratamiento de la osteoartritis y la artritis reumatoide. Además, las altas concentraciones de curcumina, que le dan a la cúrcuma su color distintivo, pueden ayudar a disminuir el daño muscular inducido por el ejercicio.

Té verde/Té negro

Tanto el té verde como el negro están llenos de flavonoides, un tipo de antioxidante. Donde el té verde realmente sobresale es en sus niveles de galato de epigalocatequina, o EGCG, otro poderoso antioxidante. Se ha demostrado que EGCG mejora la función inmune. El proceso de fermentación que atraviesa el té negro destruye una gran cantidad de EGCG. El té verde, por otro lado, se cuece al vapor y no se fermenta, por lo que se conserva el EGCG.

El té verde también es una buena fuente del aminoácido L-teanina, la cual puede ayudar en la producción de compuestos que combaten células infectadas por medio de las células T del sistema de defensas del organismo.

Los anteriores consejos no sustituyen las indicaciones de su Médico o Especialista. 

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