En los últimos años ha aumentado en la población los problemas de sueño, perjudicando gravemente la salud, sumádole los malos hábitos alimenticios, la falta de ejercicio o sedentarismo.
Según diversos estudios realizados, tanto los niños como los adultos que duermen pocas horas tienen mayor riesgo de padecer sobrepeso y obesidad.
Además de las pocas horas de sueño, otro factor importante en la medición, es el tiempo en irse a la cama, es decir, una persona que se va a dormir tarde, tiene más posibilidades a engordar, ya que aumenta el apetito, especialmente por los altos en calorías y por los carbohidratos.
Concretamente, NO dormir engorda porque:
- El cansancio por no dormir provoca que no tengas ganas de hacer ejercicio.
- Además, al estar demasiado cansado, aumenta la necesidad de ingerir más calorías para reponer la energía.
- Cuanto más tarde vas a la cama, más antojos ricos en grasa tienes.
- La falta de sueño altera el equilibrio de las hormonas clave que controlan el apetito. De hecho, cuando no dormirmos las hormonas que incitan el apetito aumentan.
Un dato importarte es que las personas que sufren de sobrepeso y obesidad tienden a desarrollar problemas como estrés, insomnio y ansiedad; por eso es importante ejercitarnos en casa, preocuparnos de nuestra salud mental, dormir bien y complementar con una buena alimentación, para poder mantener un peso saludable.
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